- ¿Ves?, desde el principio era tu amor propio lo que te impedía amar. No querías dar nada a menos que te garantizaran algo a cambio. Aún no sabías que el verdadero placer está en dar.
- Pero ¿qué me dices de la gente que se aprovecha de eso? ¿De la gente codiciosa que toma todo lo que tú tienes para ofrecer pero que nunca devuelve nada?
- No pueden aprovecharse de algo que tú no les das. Dales tu amor pero no les entregues tu persona. Eso sólo te pertenece a ti.
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